Ya desde por la mañana nuestro particular viaje nos llevo hasta la época vikinga, para dar comiendo a un día divertido, lleno de actividades y diversión.
Después de nuestra actividad, antes de la comida tuvimos un momento vikingo muy divertido, y es que los monitores tenían que conseguir entrar a las habitaciones a por un botín, los peques hicieron autenticas fortalezas para proteger sus tesoros de los vikingos.
Repusimos fuerzas entre comida y brindis, cualquier excusa era buena para alzar el vaso cantar gritar y bailar.
Después de jugar, competir y pegar los cromos en la hora de la siesta, la asamblea se lleno de auténticos guerreros para ganar la guerra por la diversion, todos los monitores bajaron de personajes famosos para motivar a sus grupos en la pelea por los bytes.
Pero como buenos vikingos estamos muy hermanados y cuidamos los unos de los otros, por eso, también hicimos nuestro juego de hermano mayor, en el que los peques tienen un mayor que es su amigo, su hermano, ese ángel de la guarda que hace del campus un lugar especial.
Después de volver a tener nuestra actividad deportiva de la tarde, que estuvo condicionada por la lluvia del medio día, solo pudimos hacer actividades interiores, fue un buen momento para otras actividades también divertidas.
Repusimos fuerza en la cena para afrontar una autentica travesía, una autentica batalla por la diversión , por los bytes por disfrutar de una velada única.
Un video previo de nuestros monitores nos puso en canción de lo que pasaría por la noche, quien seria el clan vikingo mas fuerte, quien seria el mas pillo....todo para acabar en una guerra de barcos en la que el jefe de cada clan tuvo que hundir a los rivales.
Bizcochito
un beso
un abrazo
y una frase complice al oído.
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